Efectivamente, en el título de este post estoy utilizando intencionadamente la marca Moleskine como si se tratara de una enfermedad. Y es que hay marcas que funcionan como la religión, la enfermedad, los cultos o las sectas, como más nos guste. Casi no sería necesario recordar a Douglas Atkin, que define las marcas de culto como aquellas “por las que un grupo de clientes muestra una gran devoción y dedicación”. Claro, evidentemente me gusta esta marca porque soy un fan de la papelería y de los cuadernos. Y tiene usted razón, Mr. Trout, Moleskine ganó la batalla del posicionamiento y es la primera en mi mente. Aunque no esté la primera en el lineal, yo me molesto en ir a buscarla, ¿por qué? A ver qué nos responde el branding.
Como digo, me encantan los cuadernos y los tengo de muchas clases y marcas, pero mis cuadernos Moleskine me hacen sentir especial. Leer más