Lo reconozco, la expresión «atención al cliente» me produce repelús, porque esta expresión lleva implícita una contradicción que no deja entrever aquello a lo que se refiere. Si tienes un cliente es porque lo has atendido o lo atenderás en algún momento, así que es absurdo y redundante unir semánticamente aquello que forma parte del mismo universo real de las empresas y las marcas.