Aunque sin cumplir, ni de lejos, los requisitos de las actuales marcas en cuanto a promoción y publicidad de los productos, podemos situar su origen en la Antigüedad. Entonces, el intercambio y exportación de bienes como el vino, el aceite y el trigo se realizaba fundamentalmente en ánforas, que eran marcadas para identificar al exportador y el origen, como un modo de facilitar la restitución en caso de robo cuando era recuperado. Este es el origen más tangible del fenómeno de las marcas, pero su consideración como objeto de deseo podríamos situarlo en el mercado de la seda procedente de China, las esencias de Punt o la púrpura de Tiro.
Una fecha más reciente y significativa es el 2 de abril de 1993, el conocido como “viernes negro de Marlboro”, en el que el universo de las marcas fue puesto en cuestión de golpe por la decisión de Philip Morris de reducir un 20 % el precio de los cigarrillos para competir así con las marcas más baratas. Leer más