Tengo dos recuerdos grabados a fuego de mi primer viaje a Berlín: la sonrisa y la amabilidad de una chica que, cuando estaba a punto de romper la máquina para sacar un billete del aeropuerto al centro me ofreció su ayuda; y, ya caminando por Alexander Platz hacia el hotel, la vista de un autobús o, mejor, de un alsa, con la publicidad exterior de “Asturias paraíso natural”. En lugar de pensar “puf, recién llegado y ya una riada de españoles”, pensé, “puf, por fin estoy en casa”.
Y es que los asturianos y los leoneses cuando vamos a Asturias, León o Madrid no cogemos un autobús, cogemos un alsa. Leer más